Recomendación bibliográfica para comenzar el año. Es una propuesta amplia y a la vez reduccionista del trabajo empleado en psicoanálisis con niños. Quienes tenemos la oportunidad basta de trabajar con ellos en la clínica; sin duda es una aportación básica del trabajo cotidiano con esos grandes preguntones y ambiciosos del saber. Les incluyo el texto de la contraportada del libro como una invitación a su lectura.
"Un niño llega al consultorio de un analista por las resonancias que genera en un adulto". Con esta frase, Alba Flesler inicia un recorrido que lleva al lector por un conjunto de reflexiones generadas y maceradas en su extensa experiencia como psicoanalista. Y no es casual que esa frase esté en la apertura de la obra, pues el lugar que el adulto -y en este caso, en particular, los padres- ocupe en su vínculo con el niño, y el lugar que éstos ocupen en la terapia, es objeto de una pormenorizada elaboración. Flesler discrimina con agudeza aquello que se sitúa incluso antes del niño pero que lo involucra: los aspectos relativos al amor, al goce y al deseo de los padres. También analiza las vicisitudes que se suscita a partir de la consulta, ligadas al curso siempre complejo de la transferencia. Pero el recorrido del libro no se detiene allí: más aún, se escande en prolijas sucesiones. Y el índice de la obra lo refleja: los tiempos del sujeto, los tiempos de la angustia, los tiempos del juego, los tiempos del dibujo...
Esa discriminación de tiempos señala un rasgo teórico preciso: el sujeto transcurre en tiempos y la tarea del análisis consiste en atender a la especificidad de cada uno de ellos para poder intervenir, ya sea en el plano de lo simbólico, de lo real o de lo imaginario.