En primer lugar quiero agradecer a mi gran amiga Araceli Tello por proporcionarme uno de sus mejores y más bellos poemas de su repertorio en cuanto a la simbiosis madre-hijo. Con respecto a éste; podemos observar que la relación entre la madre y el hijo es tan unida que con ello seguimos corroborando aquellas teorizaciones psicoanalíticas freudianas que dan entre sí un máximo interés de abordaje para su estudio. Cabe destacar que es una fiel seguidora del blog y miembro del círculo de lectura del cual soy mediador; además de ser una gran declamadora y conocedora del arte.
Como algo inalcanzable te soñaba…
Imaginaba tu rostro como el amor verdadero,
compartiendo de tus labios la sonrisa y de tus ojos un destello…
Imaginaba tus manos aferradas a mis dedos.
Como deseando que cada uno de ellos te señalara
el entorno que te ofreciera yo en sueños…
Imaginaba tu cuerpo tan fuerte como el de un guerrero, que sin importarle
la muerte se entregaba por completo…
Imaginaba tu aliento, sobre mi pecho sereno,
como pidiéndome a gritos que te llevara por dentro…
Pero los años pasaban y solo quedaba el recuerdo
de lo hermoso que era imaginarte en mis sueños…
Sin embargo, llego el día, en que tu rostro, tus manos, tu cuerpo y tu aliento,
se convirtieron de un sueño a un niño verdadero….
Araceli Tello.
Imagen de: luisabengolea.blogspot.com