viernes, 23 de octubre de 2009

'La Pianista'. Artículo sobre este filme cinematográfico.



Lo que a continuación vas a leer, es un excelente artículo sobre el filme cinematográfico 'La Pianista (The Piano Teacher)' que encontré en una página de internet llamada: Encuentro Psicoanalítico. Este artículo fue escrito en el año 2007 en el Distrito Federal y cuyo autor es Gustavo Fuentes Fuentes. Espero que para los que ya tuvieron la oportunidad de ver esta película les guste esta interpretación, y para los que todavía no la han visto es una invitación a observarla y disfruten del buen cine internacional. No olviden que el filme se llama: LA PIANISTA y no el pianista.


LA PIANISTA
"Elementos de la perversión en un núcleo masoquista"

Desde las primeras escenas entre Erika y su madre queda de manifiesto el mandato materno, (para pensar aquello del ideal del yo), debes ser la mejor pianista, nadie puede ser mejor que tú, puedes enseñar pero sin que nadie te supere, y algo más, sólo eres para mi. Aquí cabe una pregunta. ¿ Para que la quiere?. Para su madre, Erika solo puede estar con ella o dando clase, en ninguna otra parte, obedeciendo o “enseñando”. Le cuenta los minutos entre que concluyó su última clase y la hora en que llega a la casa. No hay lugar para un tercero, la escena en el ascensor es muestra de ello y me hace pensar en la metáfora paterna, que al igual que Walter en el elevador, se queda fuera, no porque no este, sino porque esta, pero estorba. Erika esta habitada y hablada por un discurso que la reduce a mandar y obedecer. Silenciada como sujeto deseante se encuentra atrapada, oscila a la manera de un péndulo, obedeciendo a su madre y haciendo obedecer a sus alumnos, pero en algunos momentos aparece una vía alterna que le permite hacer una pausa en éste movimiento que singulariza su vida, escapar del yugo materno que le prohíbe vivir, sólo que la salida que construye no es muy afortunada. En esa pausa aparece su interés por la relación con el otro a través de las relaciones sexuales. Existen algunos rasgos que al inicio de la película me hacen pensar en una estructura perversa, el vouyerismo irrumpe en las salas de cine porno y en el autocinema, donde algunos novios van a tener relaciones sexuales, sin embargo, la excitación de Erika no la conduce a un orgasmo, a disfrutar, aún y cuando sea como espectadora del placer de otros, pareciera que su placer es otro, aquello que Lacan llamó goce, y que es más cercano al sufrimiento. Se orina, y al hacerlo los novios interrumpen su acto placentero, pareciera que Erika dijera, eso quieres, eso te quito, sobre eso me meo o me vomito, esto último recordando la escena con Walter cuando intentando hacer algo placentero se transforma en lo contrario, y eso la lleva nuevamente al distanciamiento, a ese rasgo de impenetrable, no aparece ningún signo de excitación cuando tiene la única relación sexual con Walter. ¿ Qué es lo placentero para Erika?. Desde sus primeros trabajos, Freud nos señala la importancia del primer objeto satisfacción en el ser humano, que también se constituye en el primer objeto hostil, así como el único poder auxiliador, de la relación con éste primer objeto, el ser humano aprende a discernir, además, que de éste mismo objeto a través de la acción específica se recibió una carga erótica que dejó huellas (función materna dice Lacan), huellas que posteriormente el sujeto representará para intentar repetir la vivencia de satisfacción. De la relación con éste primer objeto quedan rasgos, ¿ Qué es un rasgo? Una primer
respuesta, lo que queda del otro, eso que configura aquello que llamamos el ideal del yo. Pensando en Erika, pareciera que existe un rasgo (elemento del objeto dice Lacan) que pasa de madre a hija sin sufrir alteración, hablando analíticamente, sin cuestionarse, un rasgo que la desliza hacia el terreno del goce. La madre no le permite disfrutar, como ella misma no disfrutó de un hombre. Cuando aparece algo del deseo de Erika, como un vestido, inmediatamente su madre lo destruye, materialmente, lo rompe, y con las palabras critica su gusto por ciertas prendas. No le permite disfrutar. Ése rasgo, respecto a la relación con el Otro, se constituye en su modo de relacionarse, que se materializa a través del discurso y que ha dejado huella en Erika, porque tampoco consciente que alguien pueda disfrutar un deseo. Pensando en su alumna, sabiendo que tocar el piano es lo más importante para ella, le destruye las manos, al mismo tiempo, le abre la puerta a Walter para acercarlo a los límites de lo placentero, pero justo antes de conseguirlo, como con su alumna, decide que eso tiene que interrumpirse, habíamos dicho que existen algunos elementos que nos hacían pensar en una estructura perversa, sin embargo, respecto a la perversión cabe recordar, que uno de los rasgos distintivos es convertirse en el instrumento del goce del otro, sabedor del goce del otro lo lleva a . Y ahí los tiene, a sus pies, para
hacerlos sufrir, su alumna, ya lo padece, con las manos cortadas. Y ¿Walter?, Walter descubre una fascinación en él por esta maestra, con su excitación, esta dispuesto a hacer lo que sea para conseguir su amor pero justo en ése momento, en el que el perverso llevaría al goce sin miramientos, aparece la fantasía sexual de Erika. Como cualquier otro romántico, lo quiere hacer por escrito, dejar huella del contenido de su amor, sólo que en la entrega nos deja ver la parte descarnada de cualquier Pedagogía, si quieres que permanezca a tu lado, tienes que hacer lo que yo diga, de lo contrario, desaparezco. Conforme se va leyendo el contenido de la carta, la idea de una estructura perversa se va diluyendo, su fantasía es ser golpeada, violada y humillada por un hombre, pareciera que ahí esta el placer para Erika, un placer difícil de presentar, tal vez, por eso
lo hace por escrito, citemos a Néstor Braunstein cuando habla de las diferencias entre el neurótico y el perverso: “ En la neurosis el goce aparece como escenificación fantasmática de difícil confesión. “ (1) Erika se siente un tanto apenada al hacer saber su deseo, recordemos los cortes que hace en su piel después de haber visitado las salas de cine porno, como una especie de ritual de purificación al lavar la sangre, pero mancillando su cuerpo. Citemos nuevamente a Braunstein: “ Las excursiones del neurótico por el campo de la perversión no son infrecuentes pero se caracterizan por dejar la impresión de que apuntan más al remordimiento ulterior que al goce presente. “ (2) A lo largo de la película el elemento que permanece es la insatisfacción. En ningún momento aparece alguna risa, o algo placentero, las escenas sexuales no alcanzan un nivel erótico, se vuelven desagradables, ¿ Por qué?, ¿Cuál es el extraño placer de Erika? . Freud aborda el tema del que estamos hablando a través de su texto: “ El problema económico del masoquismo” Freud nos deja ver que el asunto del masoquismo no es algo simple, no se reduce a lo que ahora comúnmente se hace, decir que el masoquismo es el placer por sentir dolor. Vale la pena por su puesto la revisión completa del texto, por cuestiones de espacio vamos a una parte específica del artículo, aquella donde Freud dice: “ En el ser vivo(pluricelular), la libido se enfrenta con la pulsión de destrucción o de muerte; esta, que impera dentro de él, querría desagregarlo y llevar a cada uno de los organismos elementales a la condición de la estabilidad inorgánica (aunque tal estabilidad sólo pueda ser relativa). La tarea de la libido es volver inocua esta pulsión destructora; la desempeña desviándola en buena parte y muy pronto con la ayuda de un sistema de órgano particular,la musculatura hacia fuera, dirigiéndola hacia los objetos del mundo exterior. Recibe entonces el nombre de pulsión de destrucción, pulsión de apoderamiento, voluntad de poder. Un sector de esta pulsión es puesto directamente al servicio de la función sexual, donde tiene a su cargo una importante operación. Es el sadismo propiamente dicho. Otro sector no obedece a este traslado hacia fuera, permanece en el interior del organismo y allí es ligado libidinosamente con ayuda de la coexcitación sexual antes mencionada; en ese sector tenemos que discernir el masoquismo erógeno, originario. “(3) Difícil discernir que lugar ocupa Erika frente a lo explicado por Freud, porque no esta en el diván asociando, pero la película si nos permite pensar las diferencias entre la perversión y el masoquismo, éste último ligado a una neurosis obsesiva que pudiéramos entrever cuando Erika intenta construir un momento placentero y no puede, vomita. Con lo cual es rechazada, intenta ser tierna y se lava, se limpia, y dice “ Ahora ya estoy limpia, por dentro y por fuera, como bebé “ Pareciera que la habita una culpa que la ensucia a cada momento y que no le permite disfrutar, que por esa culpa debe pagar un castigo, tal vez, la culpa por sentir lo que Freud nombra como deseo inconsciente pero que en la película no aparece como inconsciente, la escena de amor frustrado con la madre. Pero la culpa es sólo un rasgo de la neurosis obsesiva, cerremos estas reflexiones con una cita de Lacan respecto al fantasma en la estructura obsesiva. “ El fantasma del obsesivo es entonces algo que tiene una relación con el goce de lo que es incluso observable que puede devenir una de las condiciones, pero de lo que Freud nos demuestra que la estructura tiene valor de eso que designa como siendo su valor de índice, puesto que lo que ese fantasma puntúa no es otra cosa que un rasgo de la historia del sujeto, algo que se inscribe en su diacronía. Es a saber que el sujeto en un pasado en consecuencia olvidado, ha visto, nos dice Freud, un rival que sea del mismo sexo o de otro poco importa ---sufrir la sevicia--- del ser amado, en la ocasión
del padre, y ha encontrado en esta situación original su felicidad. “ (4) Finalmente, la última escena nos perfila directamente sobre lo que Freud explica en el problema económico del masoquismo, el cuchillo por medio del cual Erika conduce su agresión no es posible dirigirlo hacia fuera, y se dirige hacia el cuerpo propio.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Néstor Braunstein “ Goce “ (1999), Siglo veintiuno editores México p. 176.
(2) OP CIT.
(3) Sigmund Freud “ El problema económico del masoquismo “ (1924), en obras
completas, Buenos Aires, Amorrortu tomo XIX p. 169.
(4) Jacques Lacan “ El seminario libro 6 El deseo y su interpretación “ (1959)
Desgrabación traducida por Adriana Calceta Hugo Levin y otros clase del 18 de
Junio de 1959.

miércoles, 21 de octubre de 2009

La mentira materna y su relación con el odio. Ted Bundy asesino serial [informe psicoanalítico].





Lo que se busca con esta lectura analítica es hacer un replanteamiento del caso Ted Bundy, debido a la importancia que han tenido las figuras criminales dentro de la sociedad contemporánea, por lo cual a través de este análisis se retomaran algunos conceptos básicos de los dos más grandes autores de la teoría psicoanalítica (S. Freud y J. Lacan).

Sigmund Freud:
Desde el punto de vista freudiano, la perversión se define como el negativo de la neurosis en el doble sentido de que: a) el perverso actúa impulsos que el neurótico reprime, y b) frente a la angustia, el perverso se defiende con regresiones a formas de sexualidad infantil. Con respecto a la primera aseveración encontramos que el perverso realiza actos que el neurótico no realizaría o mejor dicho reprimiría como en las siguientes situaciones: el sado-masoquismo, la pedofilia, el fetichismo, la necrofilia, etc. Los perversos llevan a cabo estas conductas, puesto que en ellos no existe ninguna conciencia de orden social. La segunda aseveración que Freud plantea en sus tres ensayos para una teoría sexual, en sus consideraciones generales sobre todas las perversiones escribe: “En la mayoría de los casos podemos encontrar en la perversión un carácter patológico, no por el contenido de la nueva meta sexual, sino por su proporción respecto de lo normal. Si la perversión no se presenta junto a lo normal (meta sexual y objeto) cuando circunstancias favorables la promueven y otras desfavorables impiden lo normal, sino que suplanta y sustituye a lo normal en todas las circunstancias, consideramos legítimo casi siempre juzgarla como patológico; vemos este último, por tanto, en la exclusividad y en la fijación de la perversión”. Si el placer no se busca en una actividad específica neurótica y se encuentra en las desviaciones del objeto sexual o de la meta sexual, entonces se da la perversión. De ahí que: “una vez asumida como norma la organización genital, todas las formas de regresión o de fijación a estadios anteriores, en los que la sexualidad se manifiesta mediante pulsiones parciales estrictamente vinculadas a las diferentes zonas erógenas, se consideran perversas”. Todo lo anterior sirve como una afirmación a nuestro caso (Ted Bundy) y con ello se establece la estructura perversa del caso en sí. Al practicar la necrofilia en sus asesinatos, vemos entonces como realiza actos que no son vistos como adecuados, además el orden social con respecto a sus normas y reglas no le importaron en lo más mínimo. Con respecto a esto Freud diría: “Algunas de ellas (metas sexuales) se alejan tanto de lo normal por su contenido que no podemos menos que declararlas patológicas, en particular aquellas en que la pulsión sexual ejecuta asombrosas operaciones (lamer excrementos, abusar de cadáveres) superando las resistencias (vergüenza, asco, horror y dolor)”. Desde otra mirada la perversión con Lacan tiene que ver con el padre y no tanto como otra versión del mismo, sino del padre en función como tal no ejecutada. Ya que ésta fue cambiada por el abuelo materno. La lectura analítica que se puede hacer en relación a este momento es la siguiente: talvez el sujeto hubiera preferido inconscientemente un padre que lo golpeara pero que lo tomara en cuenta, a un abandono sin respuesta y con respecto a esto Freud establece lo siguiente: “De acuerdo con nuestras actuales intelecciones, una fantasía [de paliza] así, que emerge en la temprana infancia quizás a raíz de ocasiones causales y que se retine para la satisfacción auto-erótica, sólo admite ser concebida como un rasgo primario de perversión”.

Jaques Lacan:
De acuerdo a lo recopilado con respecto a la historia de Ted Bundy, y con base al perfil psicológico del mismo, se intentara hacer un replanteamiento de la propuesta analítica de Jaques Lacan la cual denomina como Pasaje al Acto. Esto radica en la incapacidad de simbolización por parte del sujeto, ya que se interpreta, de otra forma exterior cuyo valor se vuelve fatal al no existir simbolización alguna. Por tanto al no existir una adecuada simbolización; la recaída deviniera real al llevarse al acto; es por ello que en la búsqueda de sincronizar todos estos elementos con la postura de una mente criminal es estructuralmente necesario que se busque en el sujeto un lazo con su primer objeto de amor y es primordial (como en la mayoría de los perfiles criminales) que la ruptura psíquica se halla dado con la madre, la cual en el presente caso estuvo suplantada desde los inicios de su infancia; por la abuela materna, esto, debido a que en la época en la que se lleva acabo todo este panorama, la sociedad era muy rígida con respecto a las cuestiones sexuales y por este motivo no eran bien vistas las madres solteras. De ahí que Ted es engañado por su madre ya que se le dice a él que su propia madre funge como su hermana mayor. Por tal motivo, —en los primeros 4 años de vida— el niño Bundy a consecuencia de este evento observa en sus propios abuelos una imagen materna y paterna respectivamente. Ahora bien, esa mentira familiar probablemente fue la mayor traición que pudo haber sentido en ese momento, pudiendo lograr que él se hiciera la pregunta inconsciente, ¿Qué soy para ti, si me desconociste desde que nací?, ya que la madre nunca le asigno una mirada a Ted, ¿quién eres?, ¿qué eres para mí?; y por tanto él, en ese momento se dio cuenta que para ellos no significó nada y a raíz de ese argumento lo lleva a replantearse su mirada ante el ‘otro’ [a’], haciendo que se le cerrarán todas las puertas, y se saliera de la escena del mundo. Lo anterior provoca una imposibilidad de simbolización durante toda su vida. Mientras que figuraba dentro de una personalidad perversa y debido a que en realidad su afectación en el desconocimiento por parte materna retornando desde su infancia, ambos mecanismos de rechazo lo llevaron a formarse en el dogma de la no valoración ante el otro. Con relación a lo antes mencionado Ted se torna solitario y desconfiado hacia con su medio. Ejemplificando lo anterior, el acto de amistad era un elemento que no tenía valor, como todo lo demás y no le interesaba relacionarse, sin embargo lo hacía por que era necesario, pero en realidad en lo inconsciente dudaba de cualquier elemento que implicara un afecto hacía con otro, ese otro que se determina en el estadio del espejo y a su vez fue en parte resultado de su infancia tortuosa e incomprensible. Ahora por otro lado esa falta de afecto por su madre y el rechazo de ella, fueron un cúmulo de sentimientos negativos durante su vida y conforme esto se fue traslapando en sus relaciones con las mujeres que conocía, sin embargo el se dio la oportunidad de relacionarse y experimentar una relación formal, pero supongo que él al sentirse rechazado por esa mujer amada en los más profundos retornos al yo primario lo lleva a tomar la dirección de asesinar a todas aquellas mujeres que le representaban algo —que no quería integrar y que no podía simbolizar—, y que se conoce como el amor [amo-r]. Así, concluyo que en la formación del pasaje al acto de Ted y como menciona J. Lacan, es que gracias a su personalidad perversa comete el acto en sí (homicidios). En el recorrido de Ted Bundy [un asesino serial] se encuentran rasgos de perversión con características sádicas. Debido al rechazo que se registra por la parte materna, el primer objeto de amor o se podría decir ¿amo?, tiene que ver con la relación sentimental hacia la mujer, la cual pierde el interés hacia Bundy, ello le genera un deseo de venganza que ha devenido inconsciente a través de su relación con la figura materna. Este sentimiento de rencor a quedado guardado, un odio que no ha dado salida a través de la palabra. Se dirige pues a sus victimas, a quienes les ha dejado todo el peso de la subjetividad, las deja profundamente dividida entre la sumisión a la voz imperativa y la rebelión contra el dolor que el ha mantenido guardado derivado de un sentimiento de rechazo por la madre, el primer objeto de amor. Surge entonces el deseo de venganza, de aniquilar aquellas que le representen la figura materna, desplazando así la palabra por el acto al cometer diversos asesinatos. La relación sádica que mantiene entonces Bundy con sus victimas se dirige a producir un sujeto mítico nunca alcanzado así por él mismo ni por la victima, un puro sujeto de placer; es decir, un sujeto que solo experimentaría placer en el goce. Las torturas infligidas tienen como finalidad extraer del goce su parte de dolor, aislar lo que en el goce es el mal, para revelar un puro placer sin mezcla. En el momento en que esta separación se va a realizar o se va a producir la relación de un goce puro, la victima se desvanece y el esclavo convertido en amo para con sus víctimas (Bundy) se cae totalmente, se paraliza. Para él, el imperativo de gozar mediante el crimen se convierte en el imperativo de decirlo todo a través de un acto. Un pasaje al acto. Mientras no se haya dicho todo, mientras el objeto propiamente dicho (objeto del goce) no haya sido nombrado, debe sobrevivir para seguir a merced de los golpes hacia la victima que prosigue su desplazamiento simbólico. La perversión por su parte se manifiesta en este caso, menciona Jacques Lacan: ‘que el perverso solo puede afirmarse como sujeto a condición de castrarse de su ser imaginario’. Cabe mencionar que Bundy nunca conoció a su padre biológico, no existió la ley del Padre, no se instauro castración alguna y de ahí la frase [un crimen perpetrado no es nada mientras no sea confesado]. En el caso de Ted recordemos que él mismo se defendió en la corte. En la postura psicoanalítica se dice que los sujetos perversos tienen que ser reconocidos, o sea, lo que le falto a él desde su nacimiento lo obtiene a través del tiempo sin importar las consecuencias; para Ted no deja de ser igual que los demás criminales, el hecho de reivindicarse, de aceptar la entera responsabilidad del acto que cometió, y solicita que sea reconocida la exigencia de un castigo. (Un castigo sin compasión), ya que si lo condenan a una pena ligera, lo hace con una especie de vergüenza, así demostrara su virilidad. Se le puede atribuir a Ted que tiene un doble vinculo, que corresponde a la estructura de la renegación perversa, lo cual según Freud ésta podría ser la renegación de la castración, que es característica de la estructura de la perversión, y por ello esto significa que el sujeto se divide en dos posiciones contradictorias, pero afirmadas de forma simultanea, que por un lado, reconoce la existencia de la castración, y por otro lado, al mismo tiempo, la niega por completo. Un ejemplo muy claro es cuando él se defendía en la corte, ya que negaba la evidencia de lo real, y por otro lado, afirmaba la existencia de un real que no se veía. Así mismo la lógica perversa nos dice que la condición real depende enteramente de la palabra, [solo existe lo que se dice], ya que sino se entabla dicha situación, sólo se quedaría en el plano imaginario o simbólico, y con ello la confesión de un crimen se hace verdadero o real. Así mismo la confesión de un crimen se trata de una confesión de un fantasma, es decir, no le pueden atribuir acciones que no sean comprobadas, solamente se mudarían en suposiciones, cuando se confiesa, es decir, cuando se puede suponer que fue verídico. Según Genet: ‘el fetiche, anula la idea de la castración’. Esto se relaciona porque en Ted no se obtuvo una castración o salida del Edipo como normalmente se desarrolla, ese paso del segundo momento al tercero, pero insisto no lo tuvo como debería ser; ya que en la infancia no poseyó la figura paterna y a través de esto el genero vinculado con la madre que no se desgarró. Sin embargo no genera ninguna alianza con la misma, en lugar de identificarse con la madre, se crea un odio. Se distingue a futuro con los crímenes posteriores, ya que todas tenían algo en común. Genet en el teatro nacional del Odeon comenta que “la realidad supera a la ficción y hace al teatro inútil”. Esto viene a consecuencia de que todo lo que domina es la teatralidad, donde en el teatro matan al actor y después se levanta, no corre ningún peligro. En la ciudad; personas pueden matar y salir de la cárcel sin ningún problema. En la impostura perversa se comenta que las personas que tienen prácticas sadomasoquistas, lo hacen por una exigencia exorbitante de una madre cruel. Se continúa con el mismo patrón o con la primera imagen materna. Otro aspecto propio de Ted Bundy y de los maniacos, es la tendencia a no conseguir un lugar fijo, con esto demuestran extroversion, la cual denuncia una modalidad de relación con el otro, ya que presenta una metonimia incesante cuya cadena no atrapa ningún objeto, ningún ser, y por consiguiente están en frecuente movimiento, síntoma que se observa en la facilidad de convencimiento hacia con los demás, cuya verborrea es justificada por una necesidad de afecto.

lunes, 19 de octubre de 2009

La existencia de uno mismo a partir del 'otro'. J. Lacan.




Un excelente video del afamado Hugh Laurie mejor conocido por su serie televisiva como el Dr. House, quien con esta divertidísima canción observamos la importancia que tiene el otro como persona para el sujeto en sí, aún rebajandose la propia autoestima. Espero les guste.

martes, 6 de octubre de 2009

Manicomio General de México. Conmemoración a sus 41 años de su demolición.









Definitivamente, el Manicomio General de México; mejor conocido como el 'Manicomio de la Castañeda' sin duda fue un parte aguas en la psiquiatría mexicana e incluso lo fue también en el ámbito médico. Como sabemos, dicho manicomio intentó ser una excelente institución para con los pacientes denominados como 'locos', pero esto iba a durar muy poco ya que después de una catastrofe como la revolución, éste comienza a deteriorarse de tal forma en que ya no se podía ni habitar por sus condiciones adversas. Con todo eso habrá que aclarar que dicho 'manicomio' da la pauta para que médicos psiquiatras se formaran en el ámbito de su profesión y así permitiera la entrada a grandes hospitales psiquiatricos de renombre como el 'Hospital Fray Bernardino Álvarez' entre otros. No cabe duda que si bien el manicomio fue en algunos años fuente de albergue para los más necesitados, también fue, insisto; un parte aguas para la clínica mundial. Con todo esto la Castañeda seguirá teniendo mucho de que hablar.