sábado, 27 de febrero de 2010
Sociedad de Neuropsicología de Argentina.
jueves, 25 de febrero de 2010
Página de Internet de Jean Allouch.
lunes, 22 de febrero de 2010
Presentación del Libro: 'Schreber, los archivos de la Locura'.
sábado, 20 de febrero de 2010
Humor Psicoanalítico.
1) Lo mejor de la esquizofrenia es que nunca estás solo.
2) La hipocondriasis es la única enfermedad que no tengo.
3) Pregunta: ¿Cuántos psicoanalistas hacen falta para cambiar un foco? Respuesta: Uno. Pero el foco debe desear el cambio.
Los Psicoanalístas:
-No estudian, subliman.
-No tienen ocurrencias, tienen insight.
-No se equivocan, tienen actos fallidos.
-No cambian de idea, resignifican.
-No hacen disparates, despliegan su creatividad.
-No hablan, verbalizan.
-No conversan, puntualizan.
-No responden, interpretan.
-No dicen estupideces, asocian libremente.
-No se desahogan, hacen catarsis.
-No resuelven sus problemas, elaboran sus conflictos.
-No padecen la crisis emocional, están atravesados por el malestar.
-No tienen relaciones sexuales, liberan la libido.
¿Será cierto lo anterior?
Imagen de: ferretina.wordpress.com
martes, 16 de febrero de 2010
Capturan en Tabasco a Gatillera de 13 años.
¿Qué nos depara el destino? Formulo esta interrogante con base en el artículo anterior del excelsior cuya información aborda la captura de una niña sicaria de 13 años entrenada en lo absoluto para matar y establecer todo un conjunto de procesos psicológicos perversos para con la sociedad; sociedad que de por sí está harta de tanta impunidad y angustiada de tanta violencia. Una vez más ¿qué nos deparará el destino? Esperemos que no sea tan alarmante este tipo de eventos sociales en un futuro. Por tanto, pedimos a las autoridades hagan su trabajo que la sociedad por sí misma se sabrá defender.
lunes, 15 de febrero de 2010
Schreber, los Archivos de la Locura.
Índice
La corona de Rayos de Alberto Chimal
Interrogar a Schreber, interrogar a Freud de Héctor Escobar
Las chavetas de Joyce y Schreber de Néstor Braunstein
Algunas consideraciones psicoanalíticas acerca de la paranoia de Marttha Saslavsky y Haydé Cáceres
Escritura, cuerpo y delirio: Reflexiones acerca del presidente Schreber de Mónica Vázquez Ávila
Complicaciones freudianas acerca de la paranoia de Luis Eduardo Prado de Oliveira
Schreber de Alfredo Valencia Mejía
Algunos planteamientos filosóficos en torno al caso Schreber de Ricardo Horneffer
Schreber: Instrospección, negación, delirio de Raymundo Mier
El Dios de Daniel Paul Schreber de Luis Tamayo
Mito y temporalidad: El orden matricial del infinito de Juan Manuel Rodríguez Penagos
La Podredumbre. desde el Schreber de Michel de Certeau de Juan Alberto Litmanovich
Dignas de Pensarse de Felipe Flores
viernes, 12 de febrero de 2010
Primera Jornada Internacional de Psicopatología Fundamental y Psicoanálisis en S.L.P.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Comentario Psicoanalítico sobre el libro: ‘La Realización Simbólica y Diario de una Esquizofrénica’.
Propongo leer el texto completo para una mejor comprensión de lo aquí expuesto. Sólo incluiré alguna parte de la introducción del mismo para que se adentren mejor en el caso.
[La Autora] “Deseo participar a los psicoanalistas mis experiencias con una joven enferme mental, cuya curación se confirmó hace unos años y que desde entonces no ha vuelto a sufrir recaída alguna. Se trata no sólo de una remisión (vuelta a un estado anterior), sino de una verdadera curación: el estado de mi antigua paciente permite un desenvolvimiento y un progreso psíquicos con nuevas adquisiciones espirituales iguales a los del desarrollo normal. Después de restablecida la enferma cursó estudios superiores, obtuvo su diploma y un premio universitario y ha publicado hasta ahora dos trabajos muy estimados. Desde un punto de vista teórico, el caso ofrece especial interés, pues no parece tratarse de un conflicto entre el Yo y el Superyó, sino de un trastorno primitivo de la formación del Yo. No es mi propósito dedicarme aquí a los numerosos problemas teóricos que ofrece el caso…” [1947].
La Realización Simbólica de M. A. Sechehaye nos aporta una visión clara acerca de un caso clínico de esquizofrenia; de donde las tres disciplinas por excelencia de la salud mental mejor denominadas como ‘psi’ (psicología, psiquiatría, psicoanálisis) dan una aportación sin tapujos para la curación de la paciente. Sí —dije cura— porque así lo plantea la autora al demostrarnos un nuevo método implementado por ella al que ha denominado la ‘Reconstrucción de un Yo Esquizofrénico’ o ‘Realización Simbólica’. Por supuesto surgen preguntas que nos plantean un más allá del devenir reconstructivo de esa instancia freudiana en su segunda tópica como sede de la conciencia y las manifestaciones inconscientes; y que a su vez se asemeja más a un simbólico lacaniano de cuya versión se introduce en lo referente a esto como una función llena de complejidades latentes que abarcan a la actividad humana. Con ello entonces se nos podría restaurar una versión atípica a la subjetividad y responder mejor aún; como una cuestión lógica racional en la ciencia matemática. ¿Por qué se atreve a decir la autora que existió una cura cuando los psiquiatras y psicólogos plantean que la esquizofrenia es un trastorno mental cuya curación es totalmente inexistente? ¿Será acaso que el serhablante esquizofrénico de Renée (paciente) abarque un saber sabido del enfermo en torno a una subjetividad planteada desde una forma de vida estacionada en los procesos primarios del orden infantil? ¿Existirá entonces una cura real? Aunque cabe destacar que cuando planteo esta última pregunta me refiero a una cuestión totalmente coloquial en torno a lo real y que por lo tanto no debiera confundirse con el concepto de verdad y mucho menos con el real de Jacques Lacan. Interrogantes que sin duda se deberán contestar a partir de un saber incluso filosófico de la historia infantil de la paciente. Renée enferma a partir de ser una hija no deseada cuyos padres hacen todo lo posible por asesinarla en torno a un olvido en los cuidados adecuados para con un neonato. Por ello Renée al nacer pide a gritos aquella simbiosis que sólo puede proporcionar la madre en cuanto se sabe que va a tener un hijo, aquella simbiosis Mahleriana que deja entrever un cuidado exhaustivo y sin miramientos perversos como continuación de la vida intrauterina. Algo que por supuesto no ocurre; ya que lejos de hacer lo correcto en torno a las funciones paternas se realiza lo inconciliable para el infante que sólo ve en sus padres dos agentes perversos que se unen para la destrucción de sus más grandes deseos autistas. Sin embargo, al llegar a la enfermedad o mejor dicho a la forma de gozar; en Renée se gesta un ambiente alterno que prevé un andamiaje futuro en donde se permanezca un claro soporte para llevar una vida llena de contradicciones y que sólo a partir de una cuestión alucinatoria-delirante se asemeja a aquella vida en el que se involucran aspectos menos angustiosos para ella. La autora entonces formula algo que se instituye al menos en un abordaje psicoanalítico ortodoxo de primera instancia y cuyas propuestas de reconstrucción con el mundo [establecería Sigmund Freud con respecto al delirio] dejarán en claro que la paciente devendrá sin duda, un goce psicótico para relacionarse con una sociedad; entendiendo que esta misma humanidad aplasta la vida infantil y todas las herramientas posibles para la convivencia personal y social de Renée. Ahora bien, ¿qué elementos nos propone la autora para alcanzar esa cura de la que hablamos anteriormente? Evidentemente terminar con un psicoanálisis ortodoxo freudiano para alcanzar una realización simbólica con el paciente psicótico que permita al mismo desarrollar instrumentos psicológicos adecuados para una mejor vida emocional. Pero… creo que esto es algo mucho más interpretativo ya que incluso esto me suena a un Jacques Lacan de 1936 donde establece el simbolismo aunque sea por asociarlo a la lógica simbólica y más aún a un Lacan determinando el poder de lo simbólico en el año de 1948 cuando dice que los síntomas tienen un sentido totalmente simbólico. De ahí; que esta parte de la realización simbólica tendrá su culminación en un registro de la subjetividad llamado SIMBÓLICO que ha establecido Lacan para el año de 1953 cuya instancia es reconocida como uno de los tres órdenes que son medulares en el resto de su labor psicoanalítica. Sin embargo debemos resaltar esta insistencia de entrar en los terrenos del inconsciente independientemente de si se es psicótico, perverso o neurótico para abordar sin lugar a dudas una interpretación de los mismos y así transitar de manera proporcionada por la vida diaria. Para terminar quisiera entonces cambiar el proceso de Realización Simbólica por uno mucho más amplio llamado Simbólico y cuyo vínculo sólo dependerá de la forma de trabajo entre los analistas que se identifican con la diferencia de autores.
domingo, 7 de febrero de 2010
Instituto Oscar Masotta.
viernes, 5 de febrero de 2010
La Dialectica del Amo y el Esclavo de Hegel.
miércoles, 3 de febrero de 2010
Museo de Sigmund Freud.
martes, 2 de febrero de 2010
El Proceso Interpretativo en la Psicoterapia Psicoanalítica de la Patolgía Límite de la Personalidad por: M. Dolores Díaz B.
lunes, 1 de febrero de 2010
La Suerte de Thierry Henry por Jacques-Alain Miller.
PARIS. SI la mano de Thierry Henry devino "el asunto de todos", según el título de un diario, es porque los conceptos fundamentales de todo pensamiento, aquellos que impregnan y organizan la vida cotidiana de cada uno, están aquí, concretamente, en juego: la justicia, el destino, Dios, el azar, la relación con la ley, la relación con el otro, la verdad, la veracidad y, por último, la gloria del nombre propio, tan cara al héroe homérico. Es lo que se dirá de Aquiles por los siglos de los siglos: que prefiere su reputación antes que cualquier cosa. Su gloria, su kleos, es lo que tiene de más precioso. La etimología probable de esta palabra griega remite a lo que pasa por la oreja, a lo que se escucha, y esto hace que un psicoanalista tenga algo que decir sobre ello. ¿Thierry Henry mancilló para siempre su kleos y, accesoriamente, el de su pueblo? Todos tienen una opinión. El episodio no es sólo un asunto de juego: es un psicodrama nacional e internacional, y es un drama filosófico. Va en el sentido de la existencia de hoy, de lo que cosquillea a cada quien en el punto exquisito de su fantasma. Cuando, en el Mundial de 1986, Maradona marcó con la mano contra Inglaterra sin que el árbitro interviniera, en la Argentina hubo una explosión de alegría. El gol robado vengaba la guerra de las Malvinas. Que el árbitro hubiera mirado para otro lado era el signo de que Dios había pasado del lado argentino. Lo deportivo supo traducir magníficamente el sentimiento de orgullo sentido entonces por una nación unánime, hablando de "la mano de Dios". Era un verdadero tedeum. Hay un contraste sobrecogedor con la tonalidad depresiva de la reacción de los franceses por la mano de Thierry Henry. Está claro que los franceses renegaron del privilegio del pueblo elegido que les confería el antiguo adagio gesta Dei per francos (‘la obra divina es realizada por los francos’). Ya no creen más que en las reglas: las mismas para todos. Se han vuelto los devotos de estas formalidades prescriptas en las que abreva su administración. Por esta causa, lo que fue un milagro y un guiño divino...
Fuente de: elp