Inconsciente y Lenguaje.
Esta relación la consideró J. Lacan a partir de la dislocación de la centralidad de la conciencia, tal como fue propuesta por la cultura occidental, y en especial por R. Descartes, con su Cogito ergo sum. Para Lacan el hombre no vive en el cogito, sino en un "ello" profundo que "lo habla" y respecto al cual el hombre se encuentra en un estado de radical sumisión: "pienso en lo que soy -escribe Lacan- allí donde no pienso pensar". Si el hombre es hablado, el que habla es el Otro del sujeto consciente, ese "ello habla" a propósito del cual Lacan precisa: "Enseñamos siguiendo a Freud que el Otro es el lugar de esa memoria que él descubrió bajo el nombre de inconsciente". Si el inconsciente es lenguaje, "Nuestra doctrina [...] no se funda en ninguna asunción de los arquetipos divinos, sino en el hecho de que el inconsciente tiene la estructura radical del lenguaje, que en él un material opera según unas leyes que son las que descubre el estudio de las lenguas positivas, de las lenguas que son o fueron efectivamente habladas". Justo porque el inconsciente es lenguaje, o , como dice Lacan, es "deseo derive lenguaje", se hace necesario un psicoanálisis lingüístico con el fin de penetrar en el "oscuro hablar de ello", en los "agujeros de sentido del discurso consiente donde la verdad del inconsciente se sitúa entre líneas". Para descifrar la "retórica del inconsciente" Lacan se retoma a la lingüística estructural, y en especial a R. Jakobson, que le permite unir los mecanismos inconscientes que ilustró Freud a los padecimientos retóricos de la metáfora y de la metonimia. La metáfora, en efecto, al indicar un objeto con el nombre de otro que tiene con el primero relaciones de semejanza, es accesible a la condensación, mientras la metonimia, que nombra una cosa o una persona con el nombre de otra cosa o persona que tenga con ésta relaciones de depedencia o de contigüidad, es accesible al desplazamiento, que eran los dos mecanismos que evidenció Freud como típicos del proceso donde se expresa el inconsciente.
Bibliografía: Diccionario de Psicología, U. Galimberti, Siglo XXI.
Imagen de: nosubject.com
Esta relación la consideró J. Lacan a partir de la dislocación de la centralidad de la conciencia, tal como fue propuesta por la cultura occidental, y en especial por R. Descartes, con su Cogito ergo sum. Para Lacan el hombre no vive en el cogito, sino en un "ello" profundo que "lo habla" y respecto al cual el hombre se encuentra en un estado de radical sumisión: "pienso en lo que soy -escribe Lacan- allí donde no pienso pensar". Si el hombre es hablado, el que habla es el Otro del sujeto consciente, ese "ello habla" a propósito del cual Lacan precisa: "Enseñamos siguiendo a Freud que el Otro es el lugar de esa memoria que él descubrió bajo el nombre de inconsciente". Si el inconsciente es lenguaje, "Nuestra doctrina [...] no se funda en ninguna asunción de los arquetipos divinos, sino en el hecho de que el inconsciente tiene la estructura radical del lenguaje, que en él un material opera según unas leyes que son las que descubre el estudio de las lenguas positivas, de las lenguas que son o fueron efectivamente habladas". Justo porque el inconsciente es lenguaje, o , como dice Lacan, es "deseo derive lenguaje", se hace necesario un psicoanálisis lingüístico con el fin de penetrar en el "oscuro hablar de ello", en los "agujeros de sentido del discurso consiente donde la verdad del inconsciente se sitúa entre líneas". Para descifrar la "retórica del inconsciente" Lacan se retoma a la lingüística estructural, y en especial a R. Jakobson, que le permite unir los mecanismos inconscientes que ilustró Freud a los padecimientos retóricos de la metáfora y de la metonimia. La metáfora, en efecto, al indicar un objeto con el nombre de otro que tiene con el primero relaciones de semejanza, es accesible a la condensación, mientras la metonimia, que nombra una cosa o una persona con el nombre de otra cosa o persona que tenga con ésta relaciones de depedencia o de contigüidad, es accesible al desplazamiento, que eran los dos mecanismos que evidenció Freud como típicos del proceso donde se expresa el inconsciente.
Bibliografía: Diccionario de Psicología, U. Galimberti, Siglo XXI.
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